De Dónde viene el mito de los VAMPIROS???
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De Dónde viene el mito de los VAMPIROS???
Tod@s nos hemos preguntado en algún momento si habrá algo de realidad en el mito del vampirismo, grande fue mi sorpresa cuando me encuentro con ellos en una exposición para genética hace algún tiempo en la U, por lo mismo seleccioné un poco de información sobre el tema, a ver qué opinan ustedes...
Entre los siglos XII y XV en la Europa del este los vampiros eran una preocupación real y un tema de debate. Una teoría reciente propone que los vampiros sufrían una enfermedad llamada porfiria, que es un desorden que afecta la síntesis de la hemoglobina.
La representación de los vampiros es tan antigua como la humanidad. Es un mito extendido por casi todas las culturas del mundo que a base de constancia casi se vuelve realidad. Los relatos que nos resultan más familiares son los provenientes de la Europa oriental. Los historiadores europeos coinciden en sus crónicas que durante el siglo XVII la cantidad de sucesos relacionados con el vampirismo eran una realidad abundante, principalmente en países como Hungría, Serbia, Rusia, Silesia y Polonia. Estos últimos caracterizan la idea generalizada que tenemos de la representación del mito. Según el folclor, un vampiro es un cadáver reanimado que al absorber la sangre de los seres vivos (animales o humanos) asegura su propia supervivencia.
Se parecen a las personas normales, no pueden proyectar su sombra, ni reflejarse en un espejo. Algunas características particulares de estos personajes son: palidez en el rostro, dientes largos y afilados, pelo en las palmas de las manos y uñas largas. Duermen durante el día, ocultos a la luz que los podría matar y despiertan de noche para alimentarse.
Sin duda los vampiros han visto su mayor esplendor en la literatura y nosotras mismas nos hemos preguntado más de alguna vez si existe algo de verdad detrás de tanto cuento. Más allá de eso, ¿Existe una base bioquímica, fisiológica y genética para explicar lo que la superstición interpretó como vampirismo?
Referente a esto existen diversos estados patológicos que por sus características clínicas pueden hacernos pensar en que el mito tendría algún tinte verídico y que tal vez por la ignorancia se mal interpretó.
Las PORFIRIAS son un grupo de trastornos metabólicos de causas genéticas producidos por fallas en el metabolismo del grupo Hem que forma la hemoglobina para los glóbulos rojos en la médula ósea y el citocromo p450 en el hígado, entre otros, causando una acumulación de porfirinas, que son las encargadas de dar la tonalidad roja a la sangre cuando componen la hemoglobina.
Algunos de los síntomas presentados por algunas de las porfirias se condicen con las que debieran ser las características de un vampiro.
Palidez: característica de un cuadro anémico, ya que el defecto enzimático impide al paciente procesar adecuadamente su hemoglobina.
Eritrodontia: las porfirinas en exceso se acumulan en la dentina, tiñendo los dientes del enfermo de color rojizo.
Foto-sensibilidad: es el resultado de la acumulación de las porfirinas libres en la piel produciendo serias lesiones actínicas al contacto con la luz del sol, por esto el paciente evita su exposición a la luz intensa. Es común que los pacientes porfíricos tengan lesiones en áreas expuestas a la luz como la cara y manos. Por eso los enfermos graves podrían vestir ropas que los protegieran y así evitar su exposición a la luz, por lo que podrían ser exclusivamente nocturnos.
Hipertricosis: tal vez sea respuesta al daño intenso producido por la luz, este crecimiento de pelo puede ser en los lugares más expuestos a la luz como hombros, dorso de la mano y dedos, así como en la cara.
Daño óseo: las porfirinas depositadas en los huesos son causa de severa pérdida de tejido óseo, causando contractura y deformidad de las extremidades y de la cara.
Cambios oculares: conjuntivitis, ectropión y cicatrices corneales a causa de los depósitos de porfirinas.
La sangre como alimento: en la época en que el auge del vampirismo estaba en su mayor esplendor, el tratamiento para la porfiria ni se imaginaba. Probablemente el organismo para tratar de cubrir su necesidad fisiológica de hem despertó en el individuo enfermo una conducta que en términos médicos se denomina pica: esto significa la ingestión de sustancias que no son alimento. Así el paciente porfírico en etapa terminal podría haber ingerido sangre en primera instancia de animales y tal vez después de humanos. Aunque es bien sabido que la hemoglobina por vía oral es digerida y por lo tanto no causa mejoría sintomática, cabría la posibilidad de que administrada en grandes cantidades podría ingresar al organismo por medio de un fenómeno llamado capilaridad.
Espero sus comentarios, nos leemos pronto ^^
Entre los siglos XII y XV en la Europa del este los vampiros eran una preocupación real y un tema de debate. Una teoría reciente propone que los vampiros sufrían una enfermedad llamada porfiria, que es un desorden que afecta la síntesis de la hemoglobina.
La representación de los vampiros es tan antigua como la humanidad. Es un mito extendido por casi todas las culturas del mundo que a base de constancia casi se vuelve realidad. Los relatos que nos resultan más familiares son los provenientes de la Europa oriental. Los historiadores europeos coinciden en sus crónicas que durante el siglo XVII la cantidad de sucesos relacionados con el vampirismo eran una realidad abundante, principalmente en países como Hungría, Serbia, Rusia, Silesia y Polonia. Estos últimos caracterizan la idea generalizada que tenemos de la representación del mito. Según el folclor, un vampiro es un cadáver reanimado que al absorber la sangre de los seres vivos (animales o humanos) asegura su propia supervivencia.
Se parecen a las personas normales, no pueden proyectar su sombra, ni reflejarse en un espejo. Algunas características particulares de estos personajes son: palidez en el rostro, dientes largos y afilados, pelo en las palmas de las manos y uñas largas. Duermen durante el día, ocultos a la luz que los podría matar y despiertan de noche para alimentarse.
Sin duda los vampiros han visto su mayor esplendor en la literatura y nosotras mismas nos hemos preguntado más de alguna vez si existe algo de verdad detrás de tanto cuento. Más allá de eso, ¿Existe una base bioquímica, fisiológica y genética para explicar lo que la superstición interpretó como vampirismo?
Referente a esto existen diversos estados patológicos que por sus características clínicas pueden hacernos pensar en que el mito tendría algún tinte verídico y que tal vez por la ignorancia se mal interpretó.
Las PORFIRIAS son un grupo de trastornos metabólicos de causas genéticas producidos por fallas en el metabolismo del grupo Hem que forma la hemoglobina para los glóbulos rojos en la médula ósea y el citocromo p450 en el hígado, entre otros, causando una acumulación de porfirinas, que son las encargadas de dar la tonalidad roja a la sangre cuando componen la hemoglobina.
Algunos de los síntomas presentados por algunas de las porfirias se condicen con las que debieran ser las características de un vampiro.
Palidez: característica de un cuadro anémico, ya que el defecto enzimático impide al paciente procesar adecuadamente su hemoglobina.
Eritrodontia: las porfirinas en exceso se acumulan en la dentina, tiñendo los dientes del enfermo de color rojizo.
Foto-sensibilidad: es el resultado de la acumulación de las porfirinas libres en la piel produciendo serias lesiones actínicas al contacto con la luz del sol, por esto el paciente evita su exposición a la luz intensa. Es común que los pacientes porfíricos tengan lesiones en áreas expuestas a la luz como la cara y manos. Por eso los enfermos graves podrían vestir ropas que los protegieran y así evitar su exposición a la luz, por lo que podrían ser exclusivamente nocturnos.
Hipertricosis: tal vez sea respuesta al daño intenso producido por la luz, este crecimiento de pelo puede ser en los lugares más expuestos a la luz como hombros, dorso de la mano y dedos, así como en la cara.
Daño óseo: las porfirinas depositadas en los huesos son causa de severa pérdida de tejido óseo, causando contractura y deformidad de las extremidades y de la cara.
Cambios oculares: conjuntivitis, ectropión y cicatrices corneales a causa de los depósitos de porfirinas.
La sangre como alimento: en la época en que el auge del vampirismo estaba en su mayor esplendor, el tratamiento para la porfiria ni se imaginaba. Probablemente el organismo para tratar de cubrir su necesidad fisiológica de hem despertó en el individuo enfermo una conducta que en términos médicos se denomina pica: esto significa la ingestión de sustancias que no son alimento. Así el paciente porfírico en etapa terminal podría haber ingerido sangre en primera instancia de animales y tal vez después de humanos. Aunque es bien sabido que la hemoglobina por vía oral es digerida y por lo tanto no causa mejoría sintomática, cabría la posibilidad de que administrada en grandes cantidades podría ingresar al organismo por medio de un fenómeno llamado capilaridad.
Espero sus comentarios, nos leemos pronto ^^
Val- Inmortal Humano
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